Me dedico a la educación y terapia sexual; estudié medicina en la UNAM y cuando salí de la carrera decidí hacer algo diferente, en mi camino se atravesó la sexología y desde el primer minuto supe que ese era mi lugar, desde hace 20 años trabajo en el área y es mi pasión.

Claro que estudiar y trabajar en sexualidad, también me cambió la vida, tuve que hacer un profundo encuentro conmigo misma, elaborar mi propia sexualidad, quitarme todas las telarañas de mi cabeza acerca de las creencias que tenía y eso mejoró la visión y percepción de mi misma y de mis relaciones personales, aprendí nuevas formas de convivir en paz y armonía, y a ser mucho más amorosa conmigo.

En estos 20 años como sexóloga no he parado de formarme, he hecho cursos, diplomado, especialidad, maestría y hasta doctorado en sexualidad, los saberes son infinitos y me preparo cada día para dar lo mejor de mi; y junto con mi proceso personal he aprendido a ser una persona sensible. 

Actualmente vivo con mi esposo, tengo una hija (de mi corazón) que tiene 17 años y un hijo (biológico) de 9 años, también adoptamos 2 perros, que son parte de nuestra familia.  Puedo decir que somos una familia divertida, amorosa, respetuosa, responsable, compartida, disfrutamos de los momentos.  Me gusta estar en casa, salir al club y hacer ejercicio, me encanta la comida japonesa, cada que puedo voy a un restaurante muy tradicional donde la preparan delicioso.

Pertenecer a Nova House es ser parte de un espacio de mujeres para mujeres. Estamos en un momento histórico muy importante donde la voz de la mujer se escucha resonante, fuerte y proviene de un lugar amoroso, de paz y de consciencia.

Por eso, todo trabajo que realicemos entre mujeres debe ser integral, no solo es el cuerpo o las emociones; es: cómo a través de nuestro cuerpo expresamos nuestras emociones y trascendemos hacia la consciencia personal y colectiva.

Nova House es este espacio de fusión, donde cada mujer se puede encontrar a sí misma y se puede reflejar en las demás; la sororidad como un concepto novedoso en donde la mujer acompaña, escucha sin juicio, abraza, ama e incluso defiende a otras mujeres, es una estrategia poderosísima de cambio hacia la no violencia. 

Ver a la mujer de forma integral: cuerpo-emoción-espíritu-social, nos permite saber que cualquier intervención en cualquiera de estos niveles repercute en los demás y esta consciencia nos da la oportunidad de crear un equipo de trabajo que atiende y respeta la integralidad de la mujer.

En la era de la mujer, nos tenemos.